La dehesa, un paisaje único en el mundo
El hombre ha modelado a lo largo de siglos la dehesa, un ecosistema natural de gran valor ecológico y paisajístico que es único en el mundo, y que actualmente se enfrenta a grandes retos para su supervivencia. Conoce por qué es tan valioso este ecosistema presente sólo en la península ibérica e intérnate en los secretos de la dehesa.
Extremadura es la comunidad española con mayor número de hectáreas en dehesa: 1,3 millones, lo que supone el 40% de su territorio. Le siguen Andalucía, con casi un millón de hectáreas; Castilla La Mancha (751.554 ha.), Castilla y León (467.759 ha.) y Madrid (113050 ha.). Es por ello, que dentro de las bases que conforman el plan de Estrategia de Economía verde y circular Extremadura 2030, se ha creado un proyecto ideado para poner en valor todo el potencial social, cultural, medioambiental y económico de la dehesa extremeña.
¿Por qué es tan valiosa la dehesa?
La dehesa es un paisaje modelado por el hombre cuya principal singularidad es que su valor ambiental es superior al del paraje previo a la intervención humana: el monte mediterráneo. Así mismo, esa interrelación entre hombre y paisaje ha nutrido culturalmente al territorio, permitiendo la supervivencia de usos y costumbres ancestrales que en otras partes del Mediterráneo desaparecieron hace siglos, como la lidia del toro, la montanera del cerdo o la arriería del transporte con animales de carga, que aún se mantiene en la recogida del corcho. En definitiva, la dehesa es un valioso ejemplo de formas tradicionales de asentamiento humano y de utilización de la tierra representativas de la sabia interacción del hombre con el medio.
Montanera en nuestra dehesa © Alberto Paredes / HCN
La dehesa como ecosistema
El monte mediterráneo originario se transformó en un bosque aclarado gracias a la gestión y usos que el hombre ejerció sobre él. Ese nuevo paisaje, la dehesa, está formado por pastos herbáceos y arbolado disperso, siendo las principales especies la encina, el alcornoque y el quejigo, todas ellas productoras de bellota. Además, en la dehesa también crecen algunas plantas emblemáticas, como la jara, la salvia, la hierbabuena, la camomila o la retama negra, el romero, el orégano y el cantueso.
Desde el punto de vista de la fauna, las dehesas albergan una gran biodiversidad. En ellas pueden encontrarse en torno a 60 especies de aves nidificantes, más de 20 de mamíferos, y otras tantas de reptiles y anfibios. Incluso son refugio de especies en peligro de extinción, como el lince ibérico, la cigüeña negra, el águila imperial ibérica y el buitre negro. La grulla común, la abubilla, el gato montés, el zorro, el milano real, la perdiz, el lagarto ocelado y el alcaraván son otras de las especies de mamíferos, aves y reptiles que habitan en las dehesas.
Las charcas de las dehesas aportan alimento a numerosas especies de aves. © Alberto Paredes / HCN
El valor de la dehesa
Este paisaje modelado por el hombre tienen un importante papel ecológico, paisajísitico, etnográfico, económico y recreativo. La dehesa proporciona:
- Actividad ganadera en extensivo, especialmente cría y pastoreo de razas autóctonas vacunas, porcinas y ovinas.
- Obtención de leña, extracción de corcho y actividad cinegética.
- Mantiene la biodiversidad, siendo refugio de numerosas especies de flora y fauna silvestre.
- Absorbe CO2 a través de sus formaciones vegetales, atenuando el efecto invernadero.
- Actúa como cortafuegos natural.
- Mejora de las condiciones climáticas y de la calidad del aire.
- Ayuda a fijar población rural y mantener la identidad cultural.
- Regula los ciclos de agua, contribuye al equilibrio hídrico, proporciona agua embalsada y recarga los acuíferos.
- Evita la desertización al conservar los suelos y reducir los fenómenos erosivos y el deslizamiento de las laderas.
- De manera directa o indirecta, produce alimentos: quesos, miel, setas, espárragos, carne, jamón y embutidos.
- Por su propia singularidad, obliga a una gestión sostenible y circular de sus recursos naturales.
- Proporciona un paisaje de gran belleza que atrae a un turismo amante de la naturaleza y la vida rural.
Saca de corcho en la dehesa. © Pablo Cobos / HCN
Los riesgos a los que se enfrenta la dehesa
Este ecosistema único del mundo también se enfrenta al reto de sobrevivir a una conjunción de dificultades que puede ponerla en peligro de extinción. Estos obstáculos a los que se enfrenta la dehesa en la actualidad son:
- Sequía y alteraciones en los ciclos vitales en flora y fauna derivados del cambio climático.
- Aumento del uso de maquinaria y exceso de laboreo.
- La crisis que atraviesa la ganadería extensiva por la pérdida de rentabilidad económica.
- Gastos económicos derivados del correcto mantenimiento de la dehesa.
- La “seca” una enfermedad causada por el patógeno 'Phytophthora cinnamomi', causante de la denominada podredumbre radical en la encina.
- Falta de relevo generacional.
- Abandonos de dehesas, que pasan a ser monte cerrado.
- Exceso de laboreo.
La falta de relevo generacional es una de las amenazas para las dehesas. © Alberto Paredes / HCN
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Disfruta de la dehesa en Hábitat Cigüeña Negra. © Alberto Paredes / HCN
Foto principal: © Alberto Paredes / Hábitat Cigüeña Negra
